Michoacán

El hombre de la rata, monólogo en el que Jesús Herrera acaricia la quintaesencia del arte

Jesús Herrera, en "El hombre de la Rata", registra tantas metamorfosis actorales que pondrían en serios aprietos a Sigmund Freud y a Franz Kafka

Por Óscar Tapia Campos

MORELIA, MICHOACÁN, MÉXICO. A 15 DE ABRIL DE 2023. Jesús Herrera, en «El hombre de la Rata», registra tantas metamorfosis actorales que pondrían en serios aprietos a Sigmund Freud y a Franz Kafka, porque el actor michoacano se vacía en ese monólogo del dramaturgo venezolano Gilberto Pinto. Yo lo sufrí anoche en la Casona del Teatro, y lo sigo disfrutando tanto hoy que ya quiero volverlo a vivir en el espejo de esa esquizofrenia tan magníficamente representada por el gran actor que suma 50 años de experiencia artística.
Esquizofrenia, sí, pero también una verdad que el dramaturgo supo retratar en su obra para teatro, misma para la que Alejandro Delgado tuvo la sapiencia a fin darle hace décadas las direcciones escénica y artística que precisaba, y a la que Alan Delgado pudo dotar hoy del toque de actualidad que era menester con la intención de retratar las miserias que nos ha tocado vivir bajo el yugo de la gran rata que son los poderes religiosos, políticos y económicos.
Una rata como metáfora de la ignominia que avasalla a nuestra sociedad, que es decir a nuestros pueblos y pobladores, ciudades y citadinos, todos ellos concentrados en ese hombre de brillantísima locura que es, precisamente, El Hombre de la Rata, personaje tan esquizofrénicamente personificado por Jesús Herrera durante poco más de una hora, en la que el actor hace gala de una fuerza expresiva que atrapa al espectador desde el principio para no soltarlo ni después de terminada la puesta en escena.
Allí recordé las obras “Diario de un Loco” de Nikolái Gógol y “La Vida Inútil de Pito Pérez” de José Rubén Romero. La primera con Carlos Ancira y, la segunda, con Manuel Guízar, quienes realizaron actuaciones magistrales. Las recordé porque Jesús Herrera acarició la quintaesencia del arte con su garruda actuación.
La de anoche fue representación especial realizada como parte del programa de aniversario por 30 años de la Casona del Teatro (Aquiles Serdán # 35, Centro, Morelia), espacio alternativo al que Juan Carlos Arvide ha sabido mantener contra viento marea y con pandemia incluida, lo que a todas luces es digno de elogio y reconocimiento porque solamente él sabe cómo ha podido lograrlo con tantos factores en contra.
Bien, pero centrémonos en Jesús Herrera, porque hay que subrayar varios aspectos destacables, como que es un artista con medio siglo de actuaciones, lo que nos habla de una persona con muchos calendarios encima; años que no fueron óbice para la elasticidad, expresión corporal y energía de tan exigente personaje de Gilberto Pinto. Esto es que cumplió a cabalidad con las exigencias físicas y psicológicas del viejo lunático, ácido y sarcástico que debe ser El Hombre de la Rata, personaje que fraccasó en filosofía, en el trabajo, en el matrimonio y que es capaz de retratar hasta su propia muerte.
Y el público lo supo, porque al final aplaudió a rabiar, tanto así que lo hizo salir a la manera de los grandes directores de orquesta, porque sus aplausos fueron nutridos, efusivos y muy largos, tal y como se lo ganaron los directores teatrales Alejandro Delgado y Alan Delgado, así como Jesús Herrera, ante el que me pongo de pie y me quito el sombrero.
Por tanto, y por todo eso, justo es sugerirle a nuestros lectores que cuando vean anunciada la obra “El Hombre de la Rata”, de Gilberto Pinto, con Jesús Herrera en la actuación, acudan a la Casona del Teatro o a cualquier otro espacio donde se presente.
Pinche Jesús Herrera, hará que vuelva a los teatros. Así sea.

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