Michoacán

Acuíferos contaminados con metales pesados

Morelia ya agotó sus acuíferos superficiales y ahora requiere de hacer perforaciones de alrededor de 200 metros para conseguir agua en mantos que son regionales.

Rosalinda Cabrera Cruz

Morelia, Mich., 20 de diciembre 2017.- Morelia ya agotó sus acuíferos superficiales y ahora requiere de hacer perforaciones de alrededor de 200 metros para conseguir agua en mantos que son regionales. Hacia el poniente de la ciudad, el problema se ve agudizado por la contaminación de plomo y cadmio derivada de los desechos industriales vertidos desde hace años en el tiradero municipal (hoy cerrado), los que continúan filtrándose hasta las corrientes subterráneas que pasan por el lugar.

Conforme a una investigación realizada por el Instituto de Investigaciones Metalúrgicas de la Universidad Michoacana, en años anteriores este basurero recibía más de 700 toneladas diarias de desechos, por lo que se objetó constantemente su cambio de lugar, dado que donde se ubica es una zona de acuíferos altamente porosos y permeables.

Según el reporte, en ese tiradero, desde hace décadas, se vertieron depósitos industriales, donde venían contenidas altas concentraciones de arsénico, cadmio y plomo, cuya migración hacia mantos subterráneos causó que los acuíferos se contaminaran.

No se tienen reportes de que el problema se extendiera hacia los acuíferos profundos, sino en el superficial que corre de Capula a Atapaneo y que llega incluso hasta Charo, el que se ubica sobre una secuencia lacustre con estratos altamente porosos, consistentes en arenas, arcillas y limos, en los que se atrapa una gran cantidad de agua.

Este manto freático ha sido explotado a través de los distintos pozos que se han perforado en la región, incluso hasta el lago de Cuitzeo, los que exigen cantidades importantes de agua, ocasionando que este acuífero esté por terminarse, de ahí que ahora se pretende buscar agua a mayores profundidades.

En lo referente a los contaminantes peligrosos, para el Cadmio la norma para poder considerarse un agua potable establece que sean 0.005 mg/l el tope; sin embargo, cerca del tiradero, en uno de los pozos ya considerado de zona urbana se detectó 0.127 mg/l, que es mucho más alto de lo que establece la referida norma.

La última medición de contaminantes se efectuó en 2012, pero el problema de que se sobre exploten los acuíferos, es que la contaminación avanzará con mayor rapidez.

De la precisión de las mediciones, se hace notar que las muestras, tomadas con toda confiabilidad, fueron entregadas en laboratorios certificados por la Organización Mundial de la Salud en Tucson, Arizona, además del Instituto de Geofísica de la UNAM y otros más, los que confirmaron los altos niveles de contaminación de Plomo y Cadmio, por lo que ahora restaría ver cuál es el comportamiento de estos metales en los sustratos que rodean los mantos acuíferos.

Aunque se ha dado seguimiento y se han hecho observaciones en varios sitios al sur del tiradero, como Las Garzas, Tacícuaro y La Maestranza, además de poblaciones aledañas a los manantiales de los Itzícuaros, no se han detectado enfermedades hídricas (derivadas del consumo de agua), quizá porque los pobladores ya tengan mecanismos de defensa que evitan que se les detecten anomalías.

En esto, el ex presidente del Consejo Ciudadano por el Agua, Arturo Chacón Torres, indicó que es muy difícil poder demostrar que las enfermedades como el cáncer deriven de ciertos agentes, como en este caso serían los metales pesados y en otros como el tabaco; no obstante señaló que no se puede descartar que los agentes contaminantes ya estén siendo un problema de salud pública por su consumo a través del agua.

Es de destacarse que ahora se está encontrando agua sin contaminación a 200 metros de profundidad, iniciándose la explotación de un acuífero regional y no del local que ya está agotado, esto último ha sido demostrado por el abatimiento que se registra en

los pozos de agua potable, como es el caso del pozo del boulevard García de León, que presenta un aumento para su extracción de más de 40 metros en los últimos 20 años.

Esto se debió observar y tomar en cuenta para la propuesta de fraccionamientos, sobre todo en la región de los Itzícuaros, que es la zona más importante de los acuíferos.

De acuerdo con estudios recientes, no hay duda que la falla que atraviesa a Morelia y a toda la región, en ocasiones funciona como barrera para el agua, pero en otras funciona como horizontes permeables por donde circula el agua subterránea.

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