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Opinión| Zángano de la colmena… lo electorero es su mundo

“Nosotros no vamos a llegar a la presidencia como lo hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador, por una ambición personal.”

Por: Marco Antonio Aguilar Cortés

Recientemente, en Cabo San Lucas, la Sheinbaum dio un múltiple traspiés al afirmar: “Nosotros no vamos a llegar a la presidencia como lo hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador, por una ambición personal.”

Ante la sorpresa de todos los presentes, la corcholata Sheinbaum sintió el filo de su tropezón, e intentó corregir: “Quise decir lo contrario de lo que dije”.

Pero… ¿qué es lo contrario de lo que dijo?

Lo contrario de lo que dijo puede ser: ‘Nosotros sí vamos a llegar a la presidencia como lo hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador, por una ambición personal’.

Y si siguiéramos analizando lógica y gramaticalmente esa expresión, veríamos que su cerebro no le da para tener independencia; es decir, su estructura es de subordinada.

Xóchitl Gálvez, en varias ocasiones, ha señalado con puntualidad aguda ese defectillo de su contrincante: “Una diferencia entre Claudia y yo, es que detrás de mí no hay nadie que me mande; en cambio, ella depende y obedece totalmente a Andrés Manuel López…”

Sheinbaum pasó la prueba que nos describe con tanta gracia e inteligencia Armando Fuentes Aguirre en su breve y sutil ‘Mirador’: “… Di ‘sí’… ‘Sí’.- Di ‘no’… ‘No’.- Di que esto que es blanco es negro… Esto que es blanco es negro.- Di que esto que es negro es blanco… Esto que es negro es blanco.- Y entonces dictaminó el que preguntaba, muy bien, tienes lo que se necesita. Puedes entrar a nuestro partido”.

Fue así como Sheinbaum entró al partido del obradorato.

Y para el dueño y amo de ese partido todo es lo electoral; o, mejor sería precisar, lo electorero.

La seguridad pública no le interesa; ni la economía ni la educación, ni los pobres ni la obra pública ni la cultura ni los medios de comunicación, ni el transporte ni la diplomacia ni las fuerzas armadas ni los energéticos ni el bienestar ni la planeación ni Pemex ni CFE, ni el Banco de México ni el poder legislativo ni el poder judicial ni la política ni la religión ni la ciencia ni el INE ni el INAI ni los sindicatos ni las organizaciones patronales.

Nada de la problemática mexicana le seduce; usa, sí, de todo ese engranaje gubernativo y social, para lo principal que hay en su vida, lo electorero.

Las peligrosas tormentas solares, ¡qué le van a importar!; menos las altas temperaturas en el país.

Tampoco le conciernen los apagones de energía eléctrica en todo México; y, le tiene muy sin cuidado que cada hora que la luz eléctrica se va, solo las maquiladoras pierden 200 millones de dólares.

Le afecta, sí, lo que le pase a su corcholata Sheinbaum, como su juguetito electorero, su corcel de rueditas bien sujetado por su mano.

El tirano López ha hecho todo lo que se le ha antojado con la sucesión presidencial 2024. Las normas electorales le han servido de trapeadores para hacer su regalada gana.

Todo lo electoral lo convirtió en el más grande lodazal de la ilegalidad; y siendo Amlo un irresponsable, en cualquier momento puede ordenar la nulidad de todo su inventado proceso.

Empero, en nuestro sistema jurídico, no benefician en nada a esos zánganos irresponsables sus actos sucios, sino que los coloca en el banquillo de los acusados, y no los deja impunes.

Al autócrata López el tiro le saldrá por la culata; pobre de su juguete Sheinbaum, movido por un hilito antidemocrático, que la conduce a un precipicio.

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